lunes, 21 de septiembre de 2009

La Virgen de los Sicarios


La Virgen de los Sicarios es una novela del escritor colombiano Fernando Vallejo. Publicada por primera vez en 1994.
Con esta novela inauguramos una nueva sección, "Literatura y cine". Quiero compartir con los lectores de este blog las experiencias que he tenido como lectora y amante del cine. La mayoría de las veces el trayecto ha sido de la lectura a la película pero también ha ocurrido el camino inverso.
En este caso, primero leí la novela.
Se trata de una narración en primera persona. El narrador toma el nombre del autor y lo personifica. Fernando, entonces, vuelve a Medellín luego de muchos años de exilio. En la casa de un amigo dedicado al negocio de la prostitución de jóvenes, conoce a Alexis, un joven sicario del cual se enamora.
Alexis lleva a Fernando como espectador de un nuevo universo. Fernando asiste perplejo a la nueva realidad de Medellín. Con una perspectiva desolada por los tiempos que no volverán y la realidad brutal que va descubriendo a su paso por Medellín y de los labios de su joven amante, la narración progresa a partir de la voz de este narrador que se deja atravesar por todas las voces circundantes.
La palabra, en la voz de Fernando, es el testimonio de un universo, de una época, de un estado de cosas, de la Medellín actual y, si se quiere, de muchas ciudades sudamericanas que se le parecen. Sumida en la violencia y un destino fatal ineludible, la narración da cuenta del vértigo y la desolación de las grandes ciudades. Especialmente, si se mira desde la perspectiva del narrador, una perspectiva desde un pasado ideal y un futuro incierto.
Más allá de lo puramente anecdótico, llamo mucho la atención sobre la narración, la manera de narrar de Vallejo porque será donde se notará la gran diferencia con el film. Si bien, nunca se puede trasponer en la versión fílmica las particularidades de la narración, debo decir que en este caso, es mucho lo que se pierde.
El narrador de Vallejo es un narrador en constante movimiento, que se mueve en dos direcciones: 1.) Deambulando por Medellín y siendo testigo de todo lo que acontece; 2.) Escapando de Medellín y expresando sus juicios y sus valoraciones acerca de lo acontecido.
Este doble movimiento del narrador es imposible de reproducir en la película. Sólo queda el primer movimiento, el del testigo.
Por lo demás, la película está muy bien lograda. La lectura deja con ganas de saber más, al menos a quienes no somos de Colombia y desconocemos su realidad. Por otro lado, los personajes dibujados son muy potentes y el dotarlos de rostro es un placer.
Los actores han sido muy bien seleccionados y la dirección, impecable. Se trata de una coproducción España-Francia-Colombia, dirigida por Barbet Schroeder. En el personaje de Fernando tenemos al actor Fernando Jaramillo, a Anderson Ballesteros como el joven sicario Alexis y a Juan David Restrepo como Wílmar. El guión es una adaptación de la novela hecha por el mismo Vallejo.
La película, filmada en su escenario real, conmueve por su crudeza. El mercado del narcotráfico, la superstición de la religión y la muerte están por todos lados. Las tres cosas se conjugan para lograr un escenario impresionante. Y, en este espacio inhóspito, por así decirlo, se cuenta una historia de amor atrapante, bella, capaz de conmover hasta el más escéptico y homofóbico del planeta: Fernando y Alexis se aman, se complementan, se cuidan, son felices.
Tanto la novela como la película, son altamente recomendables desde mi humilde apreciación.